La mezcla de dominación y crueldad puede ser algo realmente delicioso. Auna dos formas de controlar a la persona. Por un lado el control mental y por otro el control orgásmica. De ahí el papel predominante en el BDSM.
Para conseguir un buen efecto es importante utilizar la crueldad como elemento de dominación y la dominación para potenciar la crueldad. Así se consigue una sinergia que puede resultar muy estimulante.
A riesgo de hacerme pesado quiero incidir en la necesidad de utilizar el consenso previo en todos los juegos, pero más aún en estos. Y también, como no, el acuerdo de palabras o gestos de seguridad.
Una palabra de seguridad es aquella que cuando se pronuncia detiene en seco el juego. Debe ser descontextualizada porque quizá cosas como “para, para” o “por favor, no lo hagas” es parte del juego. Mucho mejor “rojo” “negro” o “águila” Un gesto es lo mismo pero sin palabras, como es obvio.
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