Touch and feel

Este último sábado fui invitado a acudir a una fiesta en el 6y9. La organizaba el propio club y una empresa llamada “Disitjos màgics”.

Al bajar la escalera me encontré con una vitrina repleta de productos eróticos y pensé “va a ser un tapersex más”. Uno más de los muchos presenciados desde el primero, allá por el 2003.

Entiéndeme, los tapersex me parecen fenomenales. Es una gran idea. Desde que Eva Moreno los creara no han dejado de proliferar, por algo será. En estos momentos es la forma de vender juguetes eróticos y divulgar el Erotismo más eficaces.

Pero estaba muy equivocado, no era un tapersex más. Se trata de algo que va más allá de una reunión de amigas y amigos interesados en mirar lubricantes, vibradores y dildos. Y echar unas risas. Vi una forma diferente de presentar los juguetes. Pués no sólo los describieron, sino que demostraron su uso y los dejaron probar. Y con la pareja presente.

Este tipo de reuniones sólo se pueden hacer en clubs, fiestas liberales o en el propio domicilio. Imagina hacer esto en un bar o una peluquería…

Si te inscribes en un taller o una muestra gastronómica  terminarás degustando el plato. Tanto si lo ha cocinado tú mismo, siguiendo los consejos de un profesor, como si lo ha elaborado un cocinero famoso.

Pero en el ámbito erótico es muy, muy poco frecuente. Como nos han metido en la cabeza que debe ser íntimo y privado, nos horroriza la presencia de una tercera persona capaz de guiarnos. De público ya ni hablamos.  

Si os atrevéis tu y tu pareja a romper el tabú de la privacidad a ultranza podés ganar mucho.

Estos encuentros funcionan por varias razones:

  1. Se ven los efectos en vivo y en directo. Es muy diferente recibir una explicación sobre los orgasmos que genera tal juguete que experimentarlos tu misma.
  2. Está presente la pareja y puede ver cómo se utiliza y, sobre todo, cómo se incluye en los juegos eróticos.
  3. Se resuelven las dudas que surgen del uso y las sensaciones producidas por el juguete. La información se adapta mucho más a quien los usa.
  4. El ambiente es lúdico y distendido, pero no de cachondeo. Es más fácil preguntar y recibir consejo.

Cuando te compras un coche te lo dejan probar. En este tipo de encuentros, además, te dan un pequeño cursillo. Y como son personas experimentadas en todo tipo de prácticas, pueden aconsejaros sobre cómo introducirlas en vuestros juegos.

En clubs y fiestas liberales, además, tienen un efecto de animación importante. Son una fuente de ideas que pueden ser convertidas en placeres compartidos de forma inmediata. Aquí sí puedes comerte los platos que has cocinado sin ningún temor a montar un escándalo.  

Se llaman Desitjos Màgics y los podéis contactar por teléfono o por correo electrónico.

demana@desitjosmagics.com

688 98 69 00

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Vistos los cuatro estilos eróticos básicos durante el mes pasado, entramos de lleno en los matices. Los matices son como las notas de olor complementan el gusto a la hora de generar un determinado sabor.

Los estilos eróticos pueden ser matizados consiguiendo con esto una experiencia erótica mucho más creativa y original.

Hoy vamos a hablar de la resistencia. De la resistencia consensuada, por supuesto. Los matices tienen a veces su contra. Así la resistencia necesita de la insistencia para existir. De otro modo no tiene sentido.

Como buen matiz la resistencia encaja con todos los estilos y todas las combinaciones de estilos. Así tenemos:

Resistencia delicada:

Cuando la persona se excusa educadamente, sin herir. Con un lenguaje suave y una actitud incluso compasiva. Quien insista lo deberá hacer también bajo estas condiciones.

Propuesta de juego: Ambiéntalo en el siglo XVII. Todas las personas que participan son nobles y, por lo tanto, sus modales y educación son exquisitos. Esto no impide a unas insistir y a otras resistir. Siempre con educación y respeto.

Resistencia picarona:

Se hace en un ambiente obsceno y gamberro. Las expresiones son directas y los diálogos llenos de palabrotas. En este sentido se parece mucho a la típica escena del cine donde dos personas.

Propuesta de juego: En la misma época pero en lugar de ser en la corte, ambientarla en una taberna. Con mosqueteros, camareros y camareras pícaras, prostitutas, pendencieros, ladronas de bolsas y gigolós de para cortesanas con ganas de vivir situaciones emocionantes. La insistencia y resistencia serán, por supuesto, mucho más gamberras.

 

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