No especules

No especules

Uno de los orígenes de los problemas de muchas personas con el Erotismo es su utilización como un medio y no como un fin. No es raro porque venimos de una época en la que los encuentros de este tipo podían generar bebés indeseados u enfermedades venéreas. Era una buena idea asegurar un poco el futuro e intentar conseguir cosas utilizando el sexo. En realidad era una forma de intentar una mejor crianza del hipotético retoño.

Ahora esto no es necesario, si tomamos precauciones podemos despreocuparnos y disfrutar como si de un partido de tenis se tratara. Pero nuestra cultura aún no admite del todo esto, aún intenta ligar la actividad erótica con la reproducción. Entre otras cosas, es por eso por lo que tantas personas especulan con el Erotismo para conseguir vínculos sentimentales.

Esto genera un problema de importancia nada indiferente. No sé si alguna vez has jugado un partido de fútbol u otra actividad lúdica con otra intención, por ejemplo hacerle la pelota a tu jefe ¿Verdad que no disfrutaste igual que cuando juegas por jugar? Pues en el Erotismo ocurre igual.

Si estás más pendiente de conseguir una pareja, un ascenso o un reloj, no vas a disfrutar. Porque tu cerebro está en otras cosas. Muchas personas tienen este problema y no todas las que nos dedicamos al asesoramiento lo ponemos sobre la mesa. Porque esto de utilizar el sexo para conseguir cosas está bien o está mal según cual sea el objetivo.

Si quieres conseguir una contrapartida económica o un favor está mal utilizar los encuentros eróticos. Pero no lo está tanto si quieres tener o mantener una pareja. En este caso no sólo se comprende sino que muchas veces se promociona.

Pero los efectos son los mismos con independencia de qué quieras conseguir. Porque vas a tener que renunciar a placeres y acceder a hacer cosas indeseadas. O incluso puede ocurrir que tu atención esté tan centrada en conseguir un beneficio que no llegues a disfrutar del encuentro. Tal y cómo ocurre con una cena de negocios. No estás relajado y no te van a sentar igual que cuando comes con tu pareja o con tu familia.

Además cuando especulas renuncias. Tienes delante de ti una persona muy atractiva, se activan tus ganas disfrutar con ella un bonito encuentro erótico. Pero entonces una voz interior te sugiere “Si eres demasiado fácil luego no va a querer continuar quedando contigo”. Pierdes así una oportunidad de gozar, con la consecuente frustración. Que puede potenciarse si, a pesar de tu renuncia, no se convierte en una relación afectiva prolongada.

Por supuesto este no es un escrito moralista. No estoy juzgando si está bien o mal querer obtener beneficios a través de tus encuentros eróticos. En el caso de querer un ascenso, por ejemplo, quien ofrece sus servicios sexuales a cambio no comete ninguna inmoralidad. En todo caso es quién utiliza su cargo para conceder las demandas quien actúa mal.

Lo mismo puede ocurrir si ante la posibilidad de irte a la cama con la persona menos poderosa de la empresa renuncias para intentar seducir a tu jef@ e intentar así conseguir un ascenso o un aumento del sueldo.

Sin embargo mi reflexión se centra en hacerte ver cómo puede perjudicar tu disfrute tener objetivos que vayan más allá de simplemente jugar. Libérate de esta pesada carga, al menos en algunos encuentros. Verás cómo se dispara tu imaginación y creatividad. Pero además te darás cuenta de cómo aumenta también tu capacidad de pactar límites y consensuar las normas de los juegos eróticos en los que participes.

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