Ordenar interrupciones
Una de las técnicas más eficaces para mostrarse cruel con la otra persona es interrumpir repetidamente sus orgasmos, justo en el momento anterior a alcanzarlos. Esto se puede hacer cuando estás practicando una felación o un cunnilingus, por ejemplo. Es muy eficaz y produce un efecto acumulativo nada despreciable. Al final el orgasmo se potencia.
Pero esta técnica puede emplearse sin problema en entornos delicados o picarones. Para darle un toque dominante puedes convertir la experiencia en una prueba de sumisión con estas dos condiciones:
- Ella misma se estimulará con la mano o un objeto. También la puede estimular una tercera persona.
- Deberá advertir de la proximidad de su orgasmo de forma obligatoria.
- Deberá parar en cuanto tú lo decidas. Si llega o no al éxtasis dependerá de ti.
Lo puedes decorar con todo tipo de humillaciones, como hacerla suplicar, reírte de su ansiedad, obligarla a hacer tareas penosas, etc.
Puedes o no atarla. Quizá lo tengas que hacer cuando lleve varias rondas. Pero lograr que te avise y pare por pura obediencia le añade un toque de dominio nada despreciable.