Mezcla de placer y dolor
Determinadas personas experimentan una especie de espiral dolor-excitación. El dolor las excita, la excitación les permite aguantar más dolor y además las excita más. Esta espiral puede subir y subir. Seguramente al final existe una liberación de endorfinas que compensa el sufrimiento. Digo seguramente porque nunca lo he experimentado y no sé de la existencia de ningún estudio al respecto.
Pero existe otra forma de jugar con el dolor. Como digo en el título esta consiste en mezclarlo con el placer. Se trata de buscar el momento del orgasmo para añadir un dolor suplementario, acompañando al placer. Si se hace bien resulta ser algo delicioso, como el contraste dulce saldo del gastronomía.
Debes, sin embargo, ser prudente. A baja intensidad no tiene mucha importancia y seguro lo has experimentado más de una vez. Apretar los pezones en el momento del orgasmo, por ejemplo. Pero si aplicas mucho dolor y la persona no disfruta con eso puedes cortarle el rollo y terminar en catástrofe.
Aquí tienes tres formas de aplicarlo:
- Pellizca en una zona sensible justo cuando veas llegar a la persona al orgasmo.
- Alterna masturbación y azotes hasta que la persona llegue a la cumbre.
- Usa cera (por favor de tienda erótica, nuca de abeja)