Exprimenta con tu actitud
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define actitud como Disposición de ánimo manifestada de algún modo. Así tu actitud puede ser benévola, pacífica, amenazadora, etc.
Cuando tienes un encuentro erótico tienes una actitud determinada. Normalmente intentas tener la que se espera de ti en estas circunstancias. Pero igual no es así como te gustaría comportarte, quizá actuarías de otra forma si nadie fuera a juzgarte. I quizá la persona o las personas con las que compartes ese encuentro también desearían que te comportaras de otra forma.
Bueno, pues tengo una buena noticia. En los encuentros eróticos puedes tener la actitud que te dé la gana siempre y cuando el resto de participantes la acepten ¿Por qué? Porque se trata de un juego, no tiene trascendencia. Tu comportamiento en la cama no tiene porque coincidir con el habitual en tu vida cotidiana. Es más, los juegos eróticos son un terreno abonado para comportarte de forma poco políticamente correcta.
Como en la vida puedes tener infinitas actitudes, pero para entendernos te mostraré las que creo yo como básicas durante un encuentro erótico. No es nada científico y tú puedes hacerte la tuya propia. No hay problema.
- Tierna: Consiste en comportarse con dulzura, de mimar a la otra persona, de estar en todo momento pendiente de ella. Es la más promocionada por nuestra sociedad. Seguramente porque el imaginario colectivao la considera la mejor para formar parejas y familias. Aunque sólo es una superstición, muchas parejas están basadas en relaciones eróticas de dominación / sumisión. Más de las que crees.
- Picarona: Es aquella basada en hacer gamberradas en la cama. En comportarse sin tener en cuenta las convenciones sociales sobre la cortesía. Se puede insultar, decir palabrotas y ser directo. Es muy apreciado por varias personas porque, además de por otras cosas, permite transgredir los mandatos sociales de la “buena educación”. Te permite a ti y las personas que participen contigo ser nada políticamente correctas durante un buen rato sin consecuencias. También es como volver a la infancia y disfrutar diciendo pis, caca, teta y culo. Pero esta vez aprovechando el grado de excitación que generan. Si lo generan.
- Cruel: Se trata de saber alguna cosa que le gusta mucho a la persona y no dársela inmediatamente. Y, normalmente, la parte más apreciada de un encuentro es el orgasmo. Pues con esta actitud te centrarás en jugar con la ansiedad generada tras llegar al límite y a continuación parar. Esta es la forma más fácil y común de ser cruel pero puedes serlo con muchas más cosas como negar una práctica especialmente placentera o simplemente no enseñar una determina zona del cuerpo. Otra forma de ser cruel es burlarse, convencer de hacer algo desagradable, etc. Aunque esto ya está en la frontera de la siguiente actitud.
- Dominante: Cuando se adopta esta actitud la o las otras personas (al menos algunas) deberán mostrarse sumisas en cierto grado. Por lo tanto tu actitud será dominante en el nivel que la otra persona se muestre sumisa. Esto puede ser todo el rato o tras un forcejeo. En cualquier caso deberás comportarte dominando el espacio, ordenando, con cierta soberbia, mostrando poco o ningún interés por los deseos de la otra persona (algo que será, por supuesto fruto de un consenso entre todas las personas que vayan a participar. Se trata de un juego).
Estas actitudes puede combinarse a voluntad, de esto hablaremos en próximas entregas. Pero ahora te sugeriría no ir a buscar cosas complejas. Simplemente haz pequeños cambios. Si hasta ahora has sido muy tierno, empieza introducir toques picarones. O de dominación, o algo de crueldad.
¿Que cómo se hace eso? Pues es fácil. Puedes, por ejemplo, masturbar a la persona con mucho mimo y delicadeza, llevarla justo al límite. y En ese momento la miras tiernamente a los ojos y le preguntas “¿Cómo te encuentras cariño?” Si te insulta lo has hecho bien.
Te recomiendo introducir palabras picaronas poco a poco. No vayas al insulto cómplice “Cabrón, dame fuerte” o “Me encanta lo guarra que eres”. Si nunca habéis jugado con este lenguaje empieza con referencias “guarronas” de partes del cuerpo y frases soeces sobre tus sentimientos. “Cómo me gustan tus tetas” o “¡Reviéntame con esa polla!” “Me pones muy palote” o “he mojado las bragas pensando en esta follada”. Son algunos ejemplos.
Para introducir toques de dominación puedes jugar con inmovilizar a la persona. En el momento del orgasmo se consigue aumentar de forma significativa el placer. O a orientarla a adoptar ciertas posiciones, o acompañar forzando un poquito ciertas prácticas.
En todos los casos te recomiendo hablarlo antes y consensuar los límites. Límites que no se pueden violar durante el encuentro pactado. Y además hablarlo después, no sólo para saber cómo os habéis sentido, sino para saber si en uno próximo estaría bien introducir más cambios o aumentar la intensidad.
Aquí tienes cuatro juegos basados en una simple masturbación. Observa cómo cambian en función de la actitud que adopteis durante su desarrollo: