Ofrecer una técnica erótica a otra persona es siempre un descubrimiento. Haberla practicado previamente da una experiencia innegable, pero cada persona es diferente y también las circunstancias lo son. Por eso, antes de adentrarnos en esta popular técnica deberías tener en cuenta lo siguiente:
1. Observa, observa y observa. Cada mujer es diferente y tiene diferente sensibilidad. Pero, además, su sensibilidad puede cambiar en función de muchos parámetros.
2. Elige una posición cómoda para ella: Va a estar varios minutos estirada y si la posición es cómoda puede cansarse. O peor, como consecuencia del placer puede quedar en posición incómoda y terminar con una contractura. Es una buena idea colocar un cojín debajo de sus caderas. Así reposaran de forma cómoda
3. Elige una buena postura para ti: Intenta no recostarte forzando las cervicales porque después de un rato pueden dolerte. No estoy diciendo tonterías. Si te duele el cuello o tienes una contractura en el momento culminante, es muy posible
4. Entrena la lengua: Es un músculo como los demás y se «cansa» como todos los músculos de tu cuerpo. Una forma divertida de educarla es comer todo tipo de sustancias semisólidas sin cuchara. Lamer platos, o «pescar» garbanzos dentro de una sopa puede ser una buena idea, siempre que no esté muy caliente.
5. Calienta: Aunque en las películas porno se amorran al pilón y aunque una lengua no es tan dura como un dedo y no puede hacer tanto daño, si puede causar molestias. Sobre todo si te lanzas sobre el clítoris. Da unos cuantos rodeos para ir preparando la zona.
6. Genera confianza: El estrés es enemigo del placer. Antes de acceder a las zonas más íntimas es necesario que la mujer tenga sensación de confort. Cada mujer tiene sus necesidades de intimidad. Una actriz porno es capaz de disfrutar de esta o de otras técnicas frente a cientos de personas pero otra puede necesitar, por ejemplo, oscuridad.
De entre todos ellos el principal aspecto a tener en cuenta es la observación. Observando podrás calibrar sus reacciones, dónde das placer, dónde se genera mal rollo. Pero no sólo la zona, también el tiempo. Qué áreas se vuelven placenteras cuando antes eran dolorosas?, por ejemplo.
1.Precalentamiento sin contacto
Aunque a ti te parezca negligible esta es una fase muy importante. Necesitas preparar el área donde vas a encender el fuego. Quitar la ceniza, limpiar un poco y colocar la leña.
Y Para este propósito nada mejor que utilizar la lengua, pero para hablar. Las mujeres se excitan mucho más que los varones por el oído (en general y con muchas, muchas excepciones y matices) pero no siempre tu discurso debe ser dulce y halagador, puedes emplear palabras soeces e incluso órdenes.
Si quieres, al final, puedes tener cierto contacto si en lugar de dejar que se desnude la desnudas tú. Pero sin abusar, o sí. No dejes que se tumbe, si se queda de pie tendrás acceso a todo su cuerpo.
2. Encendiendo el fuego(Prohibidas las zonas erógenas)
El cuerpo debe irse calentando poco a poco. Si has hecho bien la fase previa todo irá más rápido, pero no te saltes esta fase.
No toques las zonas más erógenas, ni mucho menos las orgásmicas ( aquí en Geografía erótica de la piel tienes una guía) ¿Por qué? Porque son áreas delicadas de la piel que deben ser vascularizadas. En otras palabras, debe afluir sangre para tensar la piel lo suficiente para que el contacto sea agradable. Te recomiendo tener abierta la guía mientras lees este post.
Empieza por zonas poco erógenas como las mejillas, el mentón o la nariz. Luego acaricia orejas, nuca, cuello, etc. Así con todo el cuerpo. Te aconsejo acariciarlo prácticamente todo excepto las zonas muy erógenas y las orgásmicas. En todo caso ni los pezones, ni el ano, ni los genitales.
3. Haciendo brasas (zonas erógenas no genitales)
Ya hemos encendido la llama, ahora debemos formar las brasas. Para lograrlo tomaremos nuestro particular atizador: La lengua.
Ahora la vas a usar sobre su piel.
En estos momentos, y si lo has hecho bien, debe estar ya bastante excitada. Por eso puedes saltarte las zonas más «insulsas» y centrarte en las realmente calientes. Pero no vayas directo a los pezones.
Pasa antes por la nuca, las orejas, el cuello, los hombros (aquí puedes añadir unos mordisquitos suaves). También puedes pasar la lengua por la espalda y jugar un poco con sus glúteos.
Por delante desciende chupando y lamiendo hacia los pechos pero párate y esquívalos. En estos momentos está esperando que los chupes pero no vas a satisfacerla, aún.
Recorre su abdomen un rato, ombligo incluido y para. Pasa a chupar y lamer un brazo desde los dedos al hombro para y haz lo mismo con el otro.
Después de «tratar» los brazos de forma adecuada desplázate hasta la clavícula e inicia, desde allí, la ascensión a los pechos. Dedícales un buen rato, ella lo agradecerá. Al final y a base de chupar y lamer debes conseguir endurecer sus pezones, si no lo están ya.
Ya tienes las brasas preparadas ahora sólo falta poner toda la carne en el asador.
Por supuesto puedes acortar o alargar este proceso pero no te lo saltes. La mujer, según la sabiduría popular, es como una plancha. Conviene tener paciencia porque se calienta poco a poco. Es un tópico, por supuesto, cada mujer es como es, pero no le falta razón. En general los varones responden de forma más rápida a los estímulos eróticos. Pero en eso, como en todo lo tocante al Erotismo, hay muchas excepciones.Pero es mejor ser prudente e ir poco a poco que provocar un desastre por ser apresurad@.
PD: Te habrás dado cuenta de que no he mencionado las piernas, no es un olvido. Las trataremos en la siguiente entrega.
Antes de empezar el asado conviene bien saber qué se va a cocer ¿Vamos a asar costillas? ¿lomo? ¿pechuga? Esta segunda entrega se centrará en conocer todas y cada una de las partes que vas a estimular para conseguir su placer.
Por supuesto sea cual sea la téncnia deberás estimular todo su cuerpo, pero el centro de la técnica se sitúa en los genitales y alrededores. En la Geografía erótica de la piel hay un esquema de los genitales femeninos pero en este post voy a profundizar un poco. Empecemos. Muslos (92-94): Sobre todo la cara interna y la más cercana a la ingle. Es piel delicada y sensible. Acariciarlos excita mucho.
Ingles (85-86): Son zonas sensibles y delicadas. Las caricias erotizan mucho y, por lo tanto cualquier acción brusca puede provocar malestar o dolor.
Subglúteos (39 y 41): Son mucho más sensibles que los glúteos. Su caricia es muy eficaz desde el punto de vista erótico. También son zonas a castigar si queremos infligir dolor (siempre con consentimiento).
Ano (91): Es muy, muy sensible y está muy, muy vascularizada. Esto quiere decir que duele y sangra con facilidad. Sé extremadamente delicado a la hora de manipular ¿Y qué pinta el ano en esto del cunnilingus? Ya lo explicaré pero como adelanto puedo decirte que puedes lamerlo o estimularlo con el dedo. Pero eso sí, cuidado con las uñas. Por favor
Perineo (90): Se trata del trozo de piel que va desde la entrada de la vagina al ano. Es una zona muy sensible y por eso necesita ser acariciada o lamida con mucho cuidado. Pero si encuentras la presión adecuada puedes dar mucho placer y, sobre todo, excitar.
Monte de Venus (89): Hasta hace poco bastante peludo y, por lo tanto difícil de estimular con la lengua. Pero con la moda del depilado ahora puede recibir mayor estímulo. En realidad es el reflejo en la piel de una pequeña almohadilla de grasa situada encima del hueso púbico.
Su función podría estar relacionada con servir de acolchado durante el coito, aunque esto no está totalmente claro.
Eso sí, la piel del Monte de Venus tiene gran cantidad de terminaciones nerviosas, así que la caricia es bastante eficaz en esta zona.
Un último dato: Los hombres también tienen monte de Venus.
Labios mayores(89b):
Empiezan en el monte de venus y terminan en el perineo. Rodean los labios menores y la entrada de la vagina.
En algunas mujeres tienen pelos, en otras no. Y esta vez no hace falta depilarlos. Por la cara externa la piel es rugosa, por la interna son más sensibles.
Labios menores (89c):
Si inician en el capuchón del clítoris formando un prepucio (si, las mujeres tienen un prepucio), discurren dentro de los labios mayores y terminan en el perineo.
Su piel es mucho más delicada que la de los mayores (¡Que también lo es!) por su naturaleza de tipo mucosa. Está muy inervada y muy vascularizada.
Puedes aproximarte a saber la diferencia entre labios mayores y labios menores comparando la sensación de tocar la piel de la cara con un cubito de hielo y hacer lo mismo dentro de la boca.
Clítoris (89d):
Mejor dicho, el glande del clítoris. Porque lo que ves es como el ojo de un volcán, debajo hay ríos de lava ocultos. Este órgano tiene el mismo origen que el pene humano pero su función ha quedado relegada a únicamente proporcionar placer.
Detrás de la puntita que ves asomar viene un tronco que se interna en el pubis para luego bifurcarse en dos cuerpos cavernosos, como el pene.
Es un órgano eréctil, como el pene. Y sensible, mucho, más que el pene. Necesita estar erecto para ser acariciado, como tu pene.
Por eso esta es la última zona que debes tocar directamente con la lengua o el dedo y siempre estando muy seguro de que la chica está muy excitada ¿O es que a ti te gusta que te rocen con el dedo el glande del pene directamente cuando no está erecto?
Uretra (89e):
Debajo del clítoris hay una estructura, que puede confundir. Es la salida de la uretra. Es por donde orinan. Si hay una buena higiene no debes notar ningún sabor extraño. Y si observas humedad en la zona puedes estar seguro de que no se trata de orina.
Porque alrededor de esta zona existen unas glándulas muy interesantes. Se llaman glándulas de Skeene. Son las responsables de emitir un flujo muy especial porque se parece mucho al que secreta la próstata masculina.La llamada eyaculación femenina, la menos espectacular, pero la más común, emite líquido procedente de estas glándulas.
Un poco más abajo están las de Bartolino cuya misión es lubricar la entrada de la vagina (sólo de la entrada, porque la mayor parte de la lubricación viene del interior), aunque algunos investigadores les atribuyen también la emisión de feromonas.
No pierdas el tiempo buscándolas porque son muy difíciles de ver. Sólo debes saber que están ahí y que la humedad que detectas no es orina.
Fíjate en cómo el dedo sobre esta zona ejerce presión sobre el clítoris. Además de estimular los nervios y vasos que hay en medio.
Vagina (89f):
Debajo de la uretra empieza ya la vagina. Es también objeto de atención durante el cunnilingus y puede ser una gran idea estimularla. Sobre todo la parte más cercana a la entrada porque es la más sensible.Entre tres y cinco centímetros (dependiendo de cada mujer) encontrarás una zona comúnmente llamada punto G. Las últimas investigaciones consideran esta zona como región a través de la que se puede estimular el clítoris desde dentro.
La debes tener en cuenta a la hora de ofrecer esta técnica a la chica, porque cuando la aprietas con la fuerza óptima combinada con la estimulación oral del glande del clítoris, produce gran placer.
Pero es muy importante esperar a que esté muy lubrificada antes de introducir uno o más dedos. Si no lo está continúa estimulando la vulva. Y si a pesar de que la chica está muy excitada no hay suficiente lubricación no dudes en recurrir a un lubricante.
En todo caso te aconsejo usarlo siempre (y calentado a 36-38ºC). Así ahorrarás malos rollos.
Lengua
Todo asado precisa de pinzas, atizadores y utensilios varios. Nuestros utensilios serán la boca y las manos
¿Las manos? Pero si esto es cunnilingus, pensarás. Pues sí, las manos, pero como auxiliares. Por supuesto la boca es la protagonista pero no debemos renunciar a otras partes del cuerpo si nos sirven para hacer la experiencia más placentera.
Veamos de una forma más detallada cada una de las herrmientas que debemos preparar para «cocer» este orgasmo oral.
La boca
Los labios:
Son carnosos y están recubiertos por una piel suave. Con los labios puedes:
– Rozar: Simplemente contactando de forma superficial. Recuerda que la piel exterior del labio es muy fina pero no está lubricada. Siempre es una buena idea humedecerla antes der rozar zonas tan sensibles.
– Besar: Son succiones breves que pueden o no implicar a toda la boca. En un primer momento serán necesarios besos muy superficiales. Después, cuando la cosa esté muy caliente, puedes ir más a fondo.
– Succionar: Aplicas los labios sobre una determinada zona e intentas hacer el vacío. De esta forma la piel entra en tu boca. Es muy agradable en determinadas zonas como las ingles, los labios mayores o el monte de Venus. En momentos cercanos al clímax la succión sobre el glande del clítoris puede tener efectos espectaculares.
La lengua:
Es blanda y a la vez firme. Y de gran precisión. Por algo es la estrella de esta técnica. Usándola puedes:
– Lamer: Se trata de utilizar este músculo (que además está autolubricado) para acariciar determinadas zonas. Tiene una ventaja: Es casi imposible causar dolor usándola. Pero fíjate que digo casi, porque si la aplicas sobre el glande del clítoris resulturá desagradable, sino está erecto.
Puedes básicamente usar la lengua de dos formas extremas:
a. De punta: Cuando quieras ser precis@. La punta de la lengua es más precisa que la punta del dedo pero necesita entreno.
b. Plana: Es muy útil cuando quieres un contacto suave con toda o con parte de la vulva.
Entre uno y otro extremo hay una infinita variedad de posiciones. Además tienes otras formas de poner la lengua. Por ejemplo en forma de macarrón, muy interesante para lamer el clítoris si consigues el diámetro perfecto.
– Tocar e incluso golpear: Los toques y golpecitos con la punta de la lengua son una interrupción de la rutina y pueden tener gracia. Si pretendes ser cruel estos toques te serán de gran utilidad, crearás gran ansiedad en tu «víctima».
Los dientes:
Sí, los dientes. Los puedes usar pero con mucho, mucho cuidado. Incluso si estás en una sesión de BDSM. No muerdas fuerte, las estructuras de la vulva son extremadamente delicadas y puedes dañarlas.
Pero si tomas precauciones pueden dar juego. Puedes, por ejemplo, usarlos para tirar de los labios menores (suavemente) o atrapar el clítoris en aquella manera de morder sin morder tan agradable.
Colocándolos en contacto por su cara frontal con el clítoris y haciendo vibrar tu garganta se pueden convertir en una improvisado de vibrador. Si eres muy hábil puedes conseguir un gran efecto.
Las manos:
Si vas a estar usando la lengua en su vulva, tendrás las manos libres. Puedes usarlas para estimular otras zonas. Experimenta con las distintas posiciones. Planas, en puño, abarcando determinadas regiones(los glúteos o los pechos, por ejemplo).
Con las manos puedes golpear, rozar, frotar, acariciar o usar cualquier otra técnica para complementar los estímulos que estés generando con la lengua.
Mención aparte tienen los dedos. Todos, pero especialmente el índice y el corazón. Ambos son muy adecuados para la estimulación de la vagina y el punto G o del ano (aquí acosejo usar un guante de látex y mucho lubricante), como complemento de la estimulación lingual.
Siempre he dicho que en la «orgasmática» es mucho mejor la tecnología «digital» que la «analógica». Por su precisión, su manejabilidad y porque no es necesario mantener duros los dedos mucho tiempo. Ya son duros.
Como complemento de la lengua resultan utilísimos desarrollando una sinergia realmente explosiva.
Y, por favor, córtate y límate las uñas
Ha llegado el momento de empezar a cocer el orgasmo. En una barbacoa cada uno elige el grado de cocción: Echo, muy echo, poco echo, al punto, vuelta y vuelta, etc. Sin embargo, para el cunnilingus (al menos en esta versión más o menos estándar) no te voy a dejar opción: Lo vas a cocinar muy hecho, pero sin quemar los ingredientes.
Sí, no estoy diciendo tonterías. Puedes «quemar» a la chica si te apresuras y das demasiado estímulo en poco tiempo. Por eso, en lugar de asado vamos a tomárnoslo como un cocido. En la versión definitiva de esta modesta guía cambiaré la analogía. Vamos a intentar hacer chup chup. Vamos a cocer el orgasmo en su propia salsa. Nunca mejor dicho.
1. Acomodación: Hemos empezado con la chica de pie para tener un mejor acceso a diferentes zonas. Ahora toca acostarla con el objetivo de que esté cómoda. Como va a estar un rato largo estirada con las piernas abiertas colócale un cojín debajo de las caderas. Además, con esta ayuda, la zona a lamer queda expuesta y tendrás que forzar menos el cuello.
2. Aproximación (el sofrito): Todo buen estofado necesita un buen inicio. Dorar los ajos, pochar la cebolla y añadir el vino. El sofrito del orgasmo que estás cocinando lo vas a hacer mientras te aproximas a la zona más húmeda. O que debe estar más húmeda cuando llegues.
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a.El camino descendente desde la cabeza o los pechos: Después de lamer, chupar, morder, acariciar toda la zona inicia el descenso hacia el ombligo. Puedes hacerlo en línea recta, en zig-zag, trazando circulitos, etc.
b.El camino ascendente: Desde las piernas. Inicia el ascenso en la pantorrilla porque desde esta zona tienes acceso a la parte anterior de la rodilla, un área especialmente sensible y muy erógena si se sabe acariciar bien. Con la lengua no hay cuidado, difícilmente harás daño, pero si puedes hacer cosquillas. Y, en este contexto, podrían romper un poco el rollo. Aunque nunca está de más experimentar.
Sube por los muslos, puedes hacerlo de tres maneras básicas:
– Tranzado largas líneas ida y vuelta, o sólo ida desde la rodilla a la ingle. Es un poco cruel porque das a entender que la lengua irá un poco más allá, pero no va. Esto produce frustración, pero es excitante. Diapositiva1
– Lamiendo y chupando cada pequeño sector. Poco a poco vas cubriendo de estímulos todo el muslo. También crea expectativas y frustración, pero poco a poco. Puedes dar pequeños lametones rectos, circulares, en zigzag o una combinación de todos ellos.
3.Llegando al pubis (tiramos la carne y las verduras): Ha llegado el momento de poner el resto de ingredientes. Ahora ya sólo nos queda cocinar a fuego lento su orgasmo.
a. Nos acercamos desde la ingle hacia el monte de Venus y desde aquí a la otra ingle. Sin tocar, de momento, los labios mayores. Y cerramos el círculo pasando por el perineo. Aquí podemos desplazar la lengua hacia el ano aunque debamos levantar la pelvis con las manos. Si te apetece puedes estimular el ano con tu lengua, es una opción.
Intenta lamer con la lengua plana abarcando el máximo de superficie, como si pintaras con una brocha gorda, esto evita generar cosquillas. Pero pon la punta cuando llegues al ano, de otro modo no conseguirás mucho estímulo.b.Pasea ahora la lengua por los labios mayores de la misma manera. Puedes ir en la dirección de las agujas del reloj o al contrario. Siempre en el mismo sentido o variando. Personalmente aconsejo acostumbrar con dos o tres vueltas y luego cambiar de sentido ¡Prohibido tocar el clítoris!
c.Trabaja ahora los labios menores. Puedes lamerlos primero por fuera y luego por dentro. Cuando lo hagas por dentro puedes llegar hasta el clítoris y dar un pequeño toque con la punta de la lengua. Suave y breve, no sabes si ha llegado a su estado de erección máximo. Aunque si has hecho el trabajo a conciencia puedes intuirlo.
Para no ser monótono en lugar de girar alrededor de la vagina traza con la punta de la lengua caminos desde el perineo (lámelo también) hasta el clítoris por un lado y por el otro. Dentro y fuera. Pero termina siempre con un breve toque con la lengua en el clítoris, además de ir acostumbrándolo crearás expectativa y frustración, dos ingredientes que sazonarán el orgasmo.
Acompaña todos estos estímulos linguales con las manos. Paséalas por el interior y el exterior de los muslos, por los pechos, por la barriga. Siempre coordinados con la lengua. Así la sensación no se concentra sólo en los genitales.
4. Chup-chup: En esta fase vamos a ir al contrario de la cocina. En un estofado primero ponemos el fuego alto para reducir el caldo y así crear ese jugo espero que, en determinadas ocasiones, se transforma en una rica salsa. Después dejamos que todos los jugos se mezclen a fuego lento durante un buen rato.a. Dedícale a lamer el espacio que va de la uretra (no te de reparo lamerla, está limpia las glándulas de skene y de Bartolino ya habrán arrastrado la orina) al clítoris.
b.Alterna estos lametones con pequeñas incursiones desde dentro de los labios mayores hacia fuera. Pero por la parte más próxima al clítoris. Y de los labios hacia dentro. 4b
c. Da un paseo alrededor del clítoris sin presionar, rozando con la punta de la lengua.
Es inevitable que en esta fase roces el clítoris, estate atent@ a sus reacciones. Si los roces producen placer continúa, si observas malestar aléjate un poco.
Debes ir lento y observar bien sus reacciones. Seguramente empezará a mover sus caderas por lo que tu trabajo se va a hacer más difícil. Deberás seguir su ritmo para no dejar de contactar tu lengua con su vulva.
Es una buena idea ir situando tus manos debajo de sus muslos e incluso apretar un poco. Ese contraste entre la dulzura del roce lingual y la dureza de la presión en las nalgas creará un contraste delicioso.
5.Aumentando la temperatura: Como ya te he explicado en el punto anterior vamos a reducir nuestro cocido después de hacer el chup-chup. Por eso ahora te centrarás en el clítoris.
Alterna los siguientes contactos:
– Vueltas a su alrededor.
– Intentar levantarlo desde la uretra dándole golpecitos. Puedes practicar este movimiento poniendo la lengua debajo de un dedo e intentar levantarlo (No hagas fuerza con el dedo).
– Golpecitos desde arriba: Pon la lengua en contacto con el labio superior y déjala caer sobre el clítoris. No lo hagas con los dientes porque irritarás la lengua.
– Frota reiteradamente con la punta de la lengua.
Haz todo esto contactando con el prepucio (el clítoris tiene prepucio) evitando el glande, en principio. Contactar directamente puede producir sensaciones desagradables.
Pero si cuando contactas no observas ese tipo de reacción, entonces sigue, pero sin abusar.
Ahora puedes incorporar un nuevo estímulo. Introduce uno o dos dedos dentro de su vagina entre 2 y 5 cm y presiona hacia arriba moviéndolos como si le estuvieras indicando a alguien «ven» con un gesto.
Cuando observes una buena excitación (movimiento incontrolado de caderas, gemidos cada vez más fuertes, etc.) procede a succionar el clítoris con los labios introduciéndolo parcialmente en la boca procurando no tocarlo con los dientes.
Combina estas dos acciones:
– Introduce y suelta reiteradamente.
– Mantenlo un rato en la boca y juega con la boca.
Una vez se produzca el orgasmo para de estimular, da un pequeño toque con la lengua y observa. Si ella no aguanta el estímulo da por finalizado el cunnilingus. Si, por el contrario, desea más continúa, si quieres claro.
Hasta aquí la técnica básica. Por supuesto hay muchas variantes, matices y modificaciones. En próximas entregas las iré introduciendo. Si sabes algún truco válido y quieres compartirlo envíame un mensaje a jgfbio@gmail.com y lo añadiré a esta pequeña guía.
Por último destacar que, como con el caso de cualquier técnica erótica, la primera vez no va a ser la mejor. No te agobies y repite (si tienes ganas, claro). Cada vez lo harás mejor porque irás conociendo su cuerpo y adaptando tu técnica a ella.
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