Los juegos de cartas son instrumentos del azar muy fácilmente adaptables al Erotismo. Basta con jugar recompensas eróticas en lugar de económicas.
Hoy os propongo jugar al póker, a la brisca, al Remigio o a cualquier otro juego de cartas. Pero en lugar de dinero apostad judías crudas o fichas de casino. Cada una de ellas significará un minuto de sexo oral. La persona ganadora recibirá de la o las perdedoras un número de minutos de sexo oral por parte de la perdedora.
Si tenéis niños podéis actuar igual, sin explicar el significado de las habichuelas, claro. Ellos quizá se extrañen de mama se alegre de forma desmesurada por haber ganado 20 habichuelas. Pero: Santa inocencia.
La partida, por supuesto, se puede convertir en un mero trámite si la juega un@ am@ con un@ esclav@. Va a dar igual quien gane. El o la esclav@ van a terminar chupando. Y no sólo genitales ¿Entonces por qué juegan? Porque es muy divertido dar esperanzas a ser infrahumano par luego reírte en su cara cuando sepa que las reglas las determinas tú. Y que de gracias porque no coges la pala. O porque la coges.