Si algo lleva fallando desde hace mucho tiempo en el mundo del Erotismo es la comunicación. Tenemos miedo de confesar nuestros deseos y preferencias. Quizá por considerarlos raros, sucios o indignos.
Aunque tengamos claro desde el punto de vista racional que eso es una tontería, en el plano emocional puede ocurrir lo contrario.
Por esta razón convertirlo en un juego puede ser una buena idea. Porque además de recibir información activaréis vuestras ganas a través de la imaginación.
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