Para dos
Pide a la persona que se tumbe colocando la cabeza en tu regazo.
Con las dos manos dale un suave masaje en las sienes.
Desde esa posición observa cómo respira. Cuando notes relajación empieza a bajar tus manos hacia el cuello, los hombros y los brazos.
A continuación céntrate en el pecho, siempre con las dos manos en paralelo.
Termina estimulando sus pezones.
Cuestión de sexos
No existe diferencia en función de si la persona tiene genitales masculinos o femeninos.
Cuestión de estilo
Delicado: Procura mantener un ambiente agradable, unas velas y aceites olorosos pueden contribuir. Durante el masaje y el posterior recorrido por el cuerpo se atento y respetuoso.
Picarón: Ya desde el principio ve dando pistas de tu intención turbia. Puedes empezar diciendo lo mucho que te pone cuando apoya la cabeza entre tus piernas. Y, por supuesto, al avanzar hacia su cuerpo, sustituye las caricias por magreos.
Cruel: Desvíate varias veces, justo antes de llegar a los pezones. Y, si quieres ir más allá, simplemente no los toques. Deja a la persona con el calentón.
Dominante: Presiona su cabeza entre tus piernas i en lugar de suave masaje aprieta su sientes (sin pasarte). Después juega con su cuerpo dejando claro tu dominio, sin pedir permiso, sin pedir siquiera opinión. Puedes darle un toque dominante superior aprendo hasta el dolor sus pezones. Y, por supuesto, amonestando sus quejas. Si las hay.
Toque liberal
Para tres: Mientras una de las personas masajea las sienes, la tercera acariciará su cuerpo. Al principio zonas poco erógenas y, coordinándose con los avances hacia el pecho de la masajeadora avanzando hacia las más calientes.
Para más de tres: Organizad una sesión de relexa colectivo donde algunas personas ofrecerán este espléndido masaje a las demás. A medida que pase el tiempo se irá viendo cómo este relax es prácticamente imposible.