A primera vista la bolsa no es nada sexi. Números, ratios, tantos por ciento, nombres de empresas.
Pues sí, si puede ser sexi. Depende de ti. Porque a todo se le puede dar un sentido erótico. Y darle un sentido erótico es lo que va a darle morbo a tu encuentro.
Podríais ir a la bolsa y montároslo en uno de los lavabos, llamar al banco para pedir la inversión en determinadas acciones mientras la persona te ofrece sexo oral o montar un juego de rol sobre compraventa de acciones en “especias”.
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